miércoles, 4 de febrero de 2015

Desencuentro

"Ella vino y la dejé partir 
con una mano detrás y otra al viento, 
así sin miedo, solo despidiendo 
el poco silencio que nos quedó compartir.

Dios sabe que lloré su ausencia.
Y desde entonces 
aunque ella no lo entienda 
camino por los mismos lugares.

De a poco voy componiendo lo que ella me dejó.
Casi deshecho el sentido 
y mi pobre corazón.

Dios sabe que la quise, 
¡sí, la quise, diría yo!
Y quién niega que el amor no es más que esto.
No podrían mis palabras expresar eso que siento.

Empatía, eso fue en un momento.
Aunque mis manos no la tocaron 
y mis ojos no la miraron.
Que la quise no hay dudas.
Quise sus espacios como propios,
amé locamente sus letras.
Destrocé mi mente por ella.
Pero era cierto al final,
que no podía aunque quisiera
amarla más de lo que pude y nada más.
Jamás pude quererla como me quiso ella.

Dí lo que tuve.
Dí lo que soy. 
No existo en lo que no puedo sentir.

Porque por más esfuerzos que haga 
jamás voy a amarla como ella,
cuando en mi nombre pronuncia  esas palabras.


La sutil delicadeza 
con la que me desencuentran sus miradas,
como me siento, 
desnuda cada vez que me encuentra.

Y por más intentos que lleven sus manos,
mi piel no es lo importante.

Por más destrozo que haga, 
juro al Cielo y a sus ojos que dí de mí todo,
todo se lo dí. 
Solo por escucharla ser eterna 
y enfriarla con amistad.

Y es que no puedo ser 
lo que ella quiere en verdad;
no puedo y nada más."
Carolina Franco

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