y descubrió para su espanto
que no hay ni Cielos ni temerosos Infiernos.
Supuso que con todo y más
que acabaría no solo de soñar
sino de esperar.
Supuso que sería el toque final
y una última mirada fría no lo hizo pensar.
Supuso sería un paso más cerca del final.
Supuso el ingenuo que sería espectral
que volvería sobre su alma
para vernos a todos marchar.
Supuso que una cuerda le devolvería alegría.
Supuso que se terminaría
y de nuevo empezaría.
Mas que triste fue ver una estúpida ironía.
Que ingrato fue pensar
que al morir su cuerpo su alma quedaría.
Que desesperante fue ver
como se consumía la carne,
como se desvanecía.
Como quedaba sin escapatoria.
Que triste la verdad, el morir y nada más."
Carolina Franco
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