a través de esa mirada perdida.
Mientras viajaba me pidió recitara
esas temibles palabras.
Le hacia el amor a distancia
susurrándole que lo amaba.
Y el viento se dispuso ante mí
y las hojas golpearon mi rostro
mientras esperábamos
mucho más que ésto.
Al tiempo que le robaba el silencio
su pecho se hinchaba;
nuestras bocas se unieron
en un beso eterno.
Nos devorábamos
en secreto.
Y yo casi dormida rogaba
hacer el amor con su alma,
porque más que a su cuerpo
yo amaba su alma.
¿Y quién se atreve a culparnos?
si nuestros cuerpos
están hechos para que los juntemos."
Carolina Franco Bitancurt.
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