miércoles, 24 de diciembre de 2014

En tu nombre

"Veo tu forma entre lúcida y borrosa, 
estoy tan extasiada de ti. 
Me lamento que me dejaras partir. 
Hoy absorbo tu esencia 
como humo de cigarrillo. 
En nombre de tu alma me hago feliz.
La noche nos incendia 
nos comemos lento, 
cuerpo a cuerpo.
Despacio por los lugares 
donde otras incendiaron ´
yo te voy quemando en placer 
y te deshago en sentimientos. 
Cuántas noches perdimos 
por mi estúpido ego. 
Y todas las mañanas que nos quedan. 
Y en el pueblo del recelo 
se quedarán aquellos otros sentimientos.
Cuando somos uno 
yo le juro que hay magia en el encuentro. 
Cómo calmar al cuerpo que me pide más, 
y cómo acallar al corazón 
si se quiere enamorar."
Carolina Franco

domingo, 21 de diciembre de 2014

El triste final

"Supuso el ingenuo que morir sería seguro 
y descubrió para su espanto 
que no hay ni Cielos ni temerosos Infiernos. 

Supuso que con todo y más 
que acabaría no solo de soñar 
sino de esperar.

Supuso que sería el toque final 
y una última mirada fría no lo hizo pensar.
Supuso sería un paso más cerca del final.

Supuso el ingenuo que sería espectral 
que volvería sobre su alma 
para vernos a todos marchar.

Supuso que una cuerda le devolvería alegría.
Supuso que se terminaría 
y de nuevo empezaría.

Mas que triste fue ver una estúpida ironía.
Que ingrato fue pensar 
que al morir su cuerpo su alma quedaría.
Que desesperante fue ver
como se consumía la carne, 
como se desvanecía.
Como quedaba sin escapatoria.
Que triste la verdad, el morir y nada más."
Carolina Franco

sábado, 20 de diciembre de 2014

A solas

"Huele a pasto recién cortado.
Hay aroma a lluvia golpeando la tierra.
El humo espeso de la cocina grita pasión.
Se me hinchan los ojos mientras lloro en perdón.
Huele a narcótica miseria andante.
Hay aroma a sangre burbujeante.
El grito de mis labios golpeando el suelo desgastado.
Hay sensación a miseria mezclado con amor.
Mientras mis manos ingratas se unen en rezo.
Me arrodillo en la desolada habitación,
donde imploro casi a gritos tu perdón.

Espero sentado al otro lado,
del pozo recién cavado.
Húmeda la tierra.
Espesa está la niebla.
Me inclino con gracia sobre tu cuerpo.
Recuerdo tus últimas palabras,
y deslizo tu peso.
Un sonido sordo.
Y unas cuantas palabras
mientras entierro lo poco que queda de tu recuerdo.

A solas lavo mis pecados.
Despacio quito cada mancha.
Entre las mentiras y los secretos
pido perdón otra vez al cielo.
Y espero que Dios perdone
las siete puñaladas que te dí por la espalda."

Carolina Franco