Hay aroma a lluvia golpeando la tierra.
El humo espeso de la cocina grita pasión.
Se me hinchan los ojos mientras lloro en perdón.
Huele a narcótica miseria andante.
Hay aroma a sangre burbujeante.
El grito de mis labios golpeando el suelo desgastado.
Hay sensación a miseria mezclado con amor.
Mientras mis manos ingratas se unen en rezo.
Me arrodillo en la desolada habitación,
donde imploro casi a gritos tu perdón.
Espero sentado al otro lado,
del pozo recién cavado.
Húmeda la tierra.
Espesa está la niebla.
Me inclino con gracia sobre tu cuerpo.
Recuerdo tus últimas palabras,
y deslizo tu peso.
Un sonido sordo.
Y unas cuantas palabras
mientras entierro lo poco que queda de tu recuerdo.
A solas lavo mis pecados.
Despacio quito cada mancha.
Entre las mentiras y los secretos
pido perdón otra vez al cielo.
Y espero que Dios perdone
las siete puñaladas que te dí por la espalda."
Carolina Franco
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