"Se sentía como calor en medio del invierno
mientras nuestros corazones eran mentirosos.
Sentíamos como si el cielo descendiera a nuestros pies.
Y maté tu recuerdo para poder creer
y maté éste amor para poder renacer.
Y como casi nunca te recuerdo
me veo envuelto en desengaño.
Y como casi siempre te deseo
me envuelvo en otros brazos.
Para sentirte cerca conjuré el hechizo
que hizo menos gracia al infierno que al cielo.
Y para quedarme con tu cuerpo
sostuve una flecha en mi alma sin pena.
Y destrocé las paredes que dejaste en pie.
Y tiré tus recuerdos y los estuve barriendo.
Y me entristecí de nuevo y apagué las luces
aunque estuviera despierto.
Todo me recuerda y todo me hace olvidar.
Y en el frío mi compañía se hace irregular.
Y sufro y lloro y después me arrastro a carcajadas.
Porque el amor aparece y desaparece
dependiendo de nada y sostenido en todo.
Porque mi pena se queda
y soy yo quién se hace el café.
Las noches a veces son mágicas
y las mañanas penosas.
Aunque te extraño te voy a perder.
Y aunque ya no te amo algún día te puedo querer."
Carolina Franco