No esperes el perdón
Que viene errante con la estocada final.
Va clavándose en su alma.
Va pinchando su corazón.
Ni el espacio ni el tiempo ni las lágrimas sobre su cuerpo.
Es temor.
Es el error primero,
el horror final.
Como la turba hinchada de ira
que me viene a buscar.
Es el pánico.
Es la tormenta.
Es el dolor de verte en pena.
La armonía de mis letras.
Tus dolores, mis miserias.
Es tu ser, tan vivaz y cortante.
Carolina Franco Bitancurt
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